Qué es la disfunción eréctil
Tradicionalmente se ha denominado a la impotencia, cuyo término médico es el de “Disfunción Eréctil (DE)”, como a la incapacidad persistente de conseguir o mantener la suficiente erección del pene para llevar a cabo una actividad sexual satisfactoria. La disfunción eréctil es muy frecuente; se calcula que afecta, en mayor o menor grado, a la mitad de los hombres en una edad comprendida entre los 40 y 70 años. Y, aunque esta condición se atribuía a problemas psicológicos, los grandes avances en este campo nos permiten saber en la actualidad que en el 60% de los casos de pacientes afectados de disfunción eréctil son causados por problemas orgánicos, por lo general relacionados con el suministro de sangre al pene; en el 30% la causa es psicógena y en el otro 10% de los pacientes el factor causante es desconocido o idiopático.
Factores de riesgo:
- Diabetes tipo 2
- Enfermedades y/o cirugías vasculares
- Enfermedades crónicas como la insuficiencia renal
- Algunos medicamentos
- Hipogonadismo o déficit de testosterona
- Patologías en el sistema endocrino
Síntomas
- Dificultad para conseguir o mantener una erección, de manera persistente en el tiempo.
- Insuficiencia de rigidez del pene.
- El tiempo que se tarda en conseguir la erección es mayor que antes.
- Las erecciones matutinas son menos rígidas o inexistentes.
Diagnóstico
En el Instituto de Urología Serrate&Ribal consideramos esencial la identificación de los factores de riesgo para llevar a cabo el diagnóstico que nos permita adecuar a cada paciente un tratamiento de manera individualizada según sus necesidades. Para ello nuestro equipo médico elaborará una historia clínica básica y de medicina sexual que incidirá sobre:
- Hábitos sexuales.
- Frecuencia coital.
- Relación con la pareja.
- Características de la erección durante la actividad sexual.
- Presencia y características de las erecciones involuntarias.
La exploración física general y específica genital es esencial para detectar posibles alteraciones morfológicas como zonas de fibrosis en los cuerpos cavernosos, fimosis o características inusuales del pene que pueden inducir a la Disfunción Eréctil. Una analítica descartará el síndrome de déficit de testosterona.
Tratamiento
El tratamiento específico para la disfunción eréctil será determinado por nuestro equipo médico según la causa de ésta. Para ello se tendrán en cuenta factores como la edad del paciente y su estado general de salud o el grado de avance de la enfermedad, así como el consejo de eliminar factores de riesgo evitables como:
- Hábitos alimentarios no saludables.
- Tabaquismo
- Exceso de consumo de alcohol.
- Consumo de drogas.
En la actualidad existen varias alternativas terapéuticas para la disfunción eréctil:
Tratamiento psicológico
Toda disfunción sexual conlleva unas alteraciones psicológicas asociadas. Para el caso de la disfunción eréctil, en el Instituto de Urología Serrate&Ribal tratamos de reducir la ansiedad o el miedo del paciente a fallar en el desarrollo de la relación sexual. En tales situaciones el cerebro puede inhibir la respuesta fisiológica, es decir, la rigidez del pene ante la excitación sexual. Para ello ponemos a su disposición innovadores métodos programados de reeducación del comportamiento sexual con el fin de que el paciente se comprenda a sí mismo y aprenda a sacar partido a sus posibilidades.
Tratamiento médico
Tratamientos de primera línea
Entre los tratamientos de primera línea se incluyen fármacos inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (como Sinaldefilo (Viagra), Tadalafilo (Cialis)y Vardenafilo (Levitra)) que ayudan a provocar una erección ante estímulos eróticos de forma natural. Se ha demostrado que son altamente eficaces, bien tolerados y presentan pocos efectos adversos siempre que su administración esté bajo control médico. Nuestros especialistas definirán el tipo de medicación y las dosis óptimas de manera individualizada para cada paciente.
En caso de que la analítica desvele que los niveles de la hormona testosterona han disminuido significativamente puede aplicarse un tratamiento para su incremento. Éste es uno de los fármacos con mayor nivel de eficiencia.
Existen otras terapias como los dispositivos de constricción por vacío (DCV), que producen una dilatación pasiva de los cuerpos cavernosos del pene propiciando así la erección. La eficacia de esta técnica alcanza el 90% con independencia de la causa de la Disfunción Eréctil.
Tratamientos de segunda línea
El tratamiento con ondas de choque en el pene ha demostrado mejoría en la calidad de las erecciones. La emisión de ultrasonidos sobre los vasos sanguíneos del pene puede inducir cambios en el endotelio (recubrimiento interno de los vasos) y mejorar el flujo sanguíneo del pene durante la erección.
A los pacientes que no responden a los medicamentos orales se les puede ofrecer otra técnica alternativa, con un porcentaje de éxito del 85%, que consiste en inyecciones intracavernosas de sustancias vasoactivas, las cuales facilitan el riego sanguíneo de los cuerpos cavernosos del pene.
Tratamientos de tercera línea
La implantación quirúrgica de una prótesis de pene es una solución eficaz y satisfactoria para tratar la Disfunción Eréctil, aunque se contempla en pacientes que han probado otros tratamientos sin éxito o que prefieren una solución permanente a su problema. La cirugía consiste en colocar unos cilindros biocompatibles en cada cuerpo cavernoso del pene, de forma que producen la rigidez necesaria para una relación sexual satisfactoria. Las prótesis peneanas se clasifican en dos grupos: semirrígidas o maleables y las hinchables o hidráulicas.
- Las prótesis semirrígidas o maleables constan de dos cilindros de silicona blanda que, colocados en los cuerpos cavernosos, restauran la erección del pene. Puede ser manipulada por el propio paciente para orientarlo en tres posiciones diferentes: recta o elevada para mantener relaciones sexuales, hacia abajo para la micción o la posición normal o doblada.
- Las prótesis hinchables o hidráulicas pueden ser de dos o tres componentes. Las de dos componentes constan de dos cilindros flexibles rellenos de suero salino estéril que se insertan en los cuerpos cavernosos y que están conectados a un dispositivo de bomba que se instala en el escroto, cuya función es también la de reservorio. La erección se consigue apretando la bomba escrotal: de este modo, el líquido es transferido desde el reservorio a los cilindros. Para su vaciamiento y la consecuente flacidez del pene es suficiente con doblar los cilindros hacia abajo durante unos segundos, lo que hará que el líquido vuelva al reservorio. Las prótesis de tres componentes son las más sofisticadas. Están compuestas por dos cilindros que se implantan en los cuerpos cavernosos, aunque, en este tipo de prótesis, la bomba es independiente del reservorio: el sistema de bombeo se coloca en el escroto; mientras que el reservorio suele colocarse habitualmente en el peritoneo o en el espacio laterovesical.
El urólogo será quien determine qué tipo de prótesis necesita cada paciente dependiendo de su problema, del estilo de vida, la edad y los riesgos para su salud.