“En la mayoría de ocasiones, realizamos la biopsia de próstata cuando detectamos signos de que el paciente puede padecer un cáncer de próstata”. Responde a la pregunta del titular el Doctor Albert Carrión, especialista en diagnóstico y tratamiento de la patología urológica general del Instituto de Urología Serrate & Ribal.
Estos indicios, prosigue el especialista, se manifiestan en tres pruebas de detección: cuando un análisis de sangre registra unos niveles elevados de PSA , si durante un tacto transrectal se detecta algún elemento sospechoso o mediante una resonancia magnética multiparamétrica. En caso de que los resultados de una o varias de estas pruebas sugieran la presencia de un cáncer de próstata, el urólogo solicitará una biopsia prostática para efectuar un diagnóstico más concluyente.
En qué consiste la biopsia de próstata
La biopsia de próstata es un procedimiento para extraer muestras del tejido prostático mediante una punción guiada por ecografía, para luego examinarlas en busca de células cancerosas. “Lo habitual es sacar entre 6 y 8 muestras de cada uno de los dos lóbulos que tiene la próstata”, expone el urólogo. La prueba se realiza en régimen ambulatorio (no requiere ingreso), bajo anestesia local o sedación.

Dos técnicas de biopsia
Existen dos técnicas para biopsiar la próstata, la biopsia transrectal y la biopsia transperineal. En el primer método se accede a la glándula prostática efectuando las punciones a través del recto. En la biopsia transperineal, en cambio, las muestras se obtienen introduciendo las agujas por el periné.
Ambas técnicas comparten un punto en común. Para la obtención de las muestras el equipo médico se guía con las imágenes que proporciona una sonda ecográfica colocada en el recto.
“En el Instituto de Urología Serrate & Ribal practicamos la biopsia transperineal. Fundamentalmente lo hacemos porque el riesgo de infección bacteriana durante la prueba es menor, ya que no se biopsia a través del recto donde la presencia de bacterias es mayor”, explica el doctor Carrión. A ello hay que añadir otra ventaja, y es que mediante esta técnica se pueden obtener más fácilmente muestras de tejidos de cualquier zona de la próstata. Por contra, con la biopsia transrectal no se logra acceder fácilmente a la cara anterior de la próstata.
Ambas biopsias se pueden realizar mediante ecografía y con la ayuda de imágenes obtenidas previamente en una resonancia magnética multiparamétrica. El objetivo es dirigir con precisión las biopsias sobre las zonas sospechosas que aparezcan en la resonancia. Este procedimiento puede realizarse de forma cognitiva o mediante un software, que proporciona la fusión de ambas imágenes.
¿Qué complicaciones puede tener?
“Las complicaciones en una biopsia son poco frecuentes, pero siempre existe cierto riesgo”, afirma el doctor del Instituto de Urología Serrate & Ribal. De entre ellas la más importante es la prostatitis, una infección bacteriana de la próstata. “Para prevenir esta complicación siempre prescribimos un tratamiento antibiótico. El paciente lo inicia un día antes de la prueba y se alarga durante los tres días posteriores”, expone.
Si la biopsia transcurre con normalidad, el paciente se marcha a casa una hora después de realizarse la prueba y puede proseguir su vida con normalidad al cabo de 24 horas. Eso sí, conviene tener en cuenta que durante unos pocos días puede sentir cierto escozor al orinar y más necesidad de ir al baño. También es frecuente la presencia de sangre en la orina, que puede durar varios días, y en el semen, que en este caso se puede alargar varias semanas.