En España más del 42% de los varones que acude a consultas de atención primaria presenta problemas de disfunción eréctil, según el estudio de la Asociación para la Investigación en Disfunciones Sexuales en Atención Primaria (AISD-AP). De entre esos casos, un gran número no padece impotencia causada por patologías físicas u orgánicas sino que su origen se debe a cuestiones psicológicas. Cuando las relaciones sexuales son insatisfactorias por alguna disfunción, es habitual asociarlo a un problema físico, pero la sexualidad está estrechamente ligada con el bienestar emocional de las personas. Por ello, para tratar ciertos problemas de salud sexual es necesario recurrir a la terapia sexual.
Carme Sánchez, psicóloga clínica y sexóloga del Instituto de Urología Serrate & Ribal, explica en esta entrevista cómo la terapia sexual es un tratamiento eficaz abordar diversos problemas de salud sexual. La especialista colabora habitualmente en medios de comunicación como Catalunya Ràdio, Ràdio4 o el diario Ara, y autora del libro El sexo que queremos las mujeres.

P – ¿Qué es la terapia sexual?
R – A través de la terapia sexual abordamos las inquietudes del paciente sobre su función sexual, los sentimientos sexuales y la intimidad. Cuando el paciente viene a la consulta nos explica cuál es su problemática, le damos un contenido a todo lo que le está pasando, y a partir de ahí, buscamos estrategias para solucionar o como mínimo intentar que el trastorno, la problemática o la disfunción que tenga, disminuya el efecto negativo que tiene en su vida. La terapia sexual puede ser eficaz para personas de cualquier edad, sexo u orientación sexual.
¿Qué tipo de problemas sexuales se abordan desde la terapia sexual?
Tratamos disfunciones sexuales masculinas y femeninas. Por lo que respecta a los hombres, los problemas que abordamos son, fundamentalmente, la eyaculación precoz, la disfunción eréctil y la eyaculación retardada. En el caso de las mujeres, las patologías que tratamos con más frecuencia son el vaginismo, el deseo sexual inhibido y la anorgasmia.
¿Qué tipo de paciente es más recurrente en tu consulta?
Yo he visto una evolución. Hace casi 30 años que me dedico a estos temas y he visto una evolución. Mis pacientes, aproximadamente, se dividen en un 40% de hombres y un 60% mujeres. Sí que es cierto que las mujeres tienen más tendencia a pedir ayuda pero también es cierto que eso está cambiando. Cuando apareció la Viagra parecía que los sexólogos perdíamos cancha, pero los hombres se han ido dando cuenta de que además de la medicación es necesario trabajar otros aspectos más emocionales y psicológicos. Las mujeres piden ayuda más fácilmente, a los hombres les cuesta más, pero cuando un hombre da el paso a veces resulta más fácil la terapia porque lo da más decidido.
¿Qué porcentaje de casos de disfunción eréctil se asocian a aspectos psicológicos?
Más que un porcentaje es muy importante la edad. En general, una persona joven si tiene un problema de disfunción eréctil suele ser de origen psicológico. A medida que aumenta la edad, en cambio, entran en juego más factores orgánicos asociados a esta patología. Infinidad de factores pueden ser el origen de un problema de disfunción eréctil masculina. A veces, simplemente es que haya pasado el vulgar gatillazo en un momento determinado y a partir de ahí surgen pensamientos negativos que provocan que el problema se acabe cronificando. También influir una ruptura de pareja traumática, problemas de timidez o una visión coitocéntrica de la sexualidad, por citar algunos ejemplos.
¿Los condicionantes sociales tienen un peso muy importante en este tipo de disfunciones?
Sin duda. Son uno de los principales focos de problemas sexuales. La sexualidad está intrincada en todas nuestras relaciones. Cuando yo hablo de sexualidad no hablo solamente de relaciones sexuales, estamos hablando de cómo te vistes, cómo te comportas, cómo eres respecto a las otras personas, cómo te relacionas a nivel de pareja, de amistades. No es solo una cuestión de las relaciones sexuales. La sexualidad se vive desde antes de nacer hasta la muerte.
¿Cómo son las sesiones de la terapia sexual?
La terapia sexual es personalizada y hacemos un abordaje transversal. Que nadie piense en una sesión de diván. Buscamos estrategias para mejorar, hay ejercicios de tipo emocional que también podemos combinar con actividades físicas. Muchas veces recurro a la escritura porque es una manera que estructura muy bien la parte emocional y mental de los pacientes e incluso permite a los pacientes descubrirse ellos mismos. La terapia también varia si el paciente tiene o no tiene pareja. Yo intento que si tiene pareja, la pareja también se implique en la terapia. A veces, las utilizo como coterapeutas.